jueves, 29 de julio de 2010

"Zapatillas" y cabaret.

No puedo decir que este jueves haya sido un día cómodo para pasear por Madrid. A la vuelta a casa tras el curre se veían los 40 grados en el salpicadero del coche. Aún así, ahí estábamos, a las siete de la tarde, caminando por la Ronda de Atocha. Por el lado que da sombra, por supuesto. Habíamos reservado entradas para ver “El cabaret del Price: ¿Pasión sin puñales?” e íbamos a recogerlas. Como siempre, recogida desde dos horas antes, por lo que interesa pasarse prontito para que te den buen sitio. Así fue, y las entradas y el espectáculo merecieron mucho la pena. 140 minutos de entretenimiento, divertido, dinámico. Muy recomendable….pero sólo está en cartel hasta este domingo. Aún estáis a tiempo!!!



Eso si, tras recoger las entradas a las siete y pico, nos quedaba hora y media de espera. Relativamente cerca estaba un sitio al que hace tiempo quería ir, el Melo’s, en la calle Ave María, 44 (Madrid). La recomendación eran sus “zapatillas”, grandes raciones de grueso pan tostado con lacón y queso de tetilla a la plancha. Nos pasamos por la puerta antes de que abrieran y preguntamos por la ventana a qué hora empezaban a servir. La única cocinera estaba preparando un regimiento de empanadillas. El caballero que la acompaña tras la barra nos dijo que a las ocho. Y a las ocho menos cinco ya estábamos allí, detrás de otras dos mesas que estaban haciendo cola. Con la que estaba cayendo, un jueves de Julio en Madrid y gente esperando para entrar en un bar. Muy buena señal. Pillamos pues la tercera de las cinco escasas mesas. Ya podéis espabilar si vais. El sitio es lo más sencillo que podáis imaginar. Y la carta, minimalista: las zapatillas (10 euros entera, 5,5 media), croquetas, a 1,5 la unidad, empanadillas, creo que también a ese precio, pimientos de Padrón y algún embutido y queso. Y ya. Se pide en la barra y se paga al ser servido. Método rápido. El jefe no me dejo pedir una zapatilla para dos. Me dijo que iba a ser mucho. La guerra de siempre. “Caballero, que yo tengo un gran saque y mejor volea!!!”. “Señor, ya verá como con media está bien”. Bueeeeno, casi a regañadientes y por el bien de mi tipín pedimos la media. Ciertamente era hermosa, de más de un palmo de larga y casi medio de altura. La vi hacerse en directo y pensaba que eso era para dos mesas, pero era para la nuestra. Y tan contento me la lleve a la mesa, junto a cuatro enormes croquetas y dos empanadillas.



Buenísimo todo. La zapatilla, con el pan tostadito, el queso fundido y el lacón dando el punto salado estaba de vicio. Las grandes croquetas generosas de jamón, de relleno suave. Y la empanadilla de atún, escabechado diría yo, con el tomate con un delicioso puntito ácido. Fama merecida la de este sitio. Con una coca cola y un tubo de cerveza, justo 10 euros por persona. Se nos echaba la hora encima. Corriendo al cabaret!!!

pd: He actualizado la Guia de Restaurantes LP con los últimos 6 restaurantes visitados.La podéis DESCARGAR AQUÍ.

lunes, 26 de julio de 2010

Brasa y Leña, a la guerra.

Quedada con los amigos de Corepo (siempre más Corepo que Montenebro, que para eso somos viejunos y no nos hacemos al nuevo nombre de la urbanización). Primera vez que nos vemos tras la final del Mundial, que vieron todos juntos. Debió ser algo grande, por lo que cuentan. Tampoco me lo pasé yo mal precisamente ese día…solo hay que ver el Pulpo Paul que disfrutamos…:)
Esta vez nos tocaba acercarnos al territorio de Raúl. Él mismo eligió el restaurante. Se llama “Brasa y Leña”, en el centro comercial La Gavia, en el ensanche de Vallecas (Madrid). Juego de palabras obvio con brasileño, es de tipo rodizio. Unos entrantes fríos al inicio de la comida y luego van pasando espetones o espadas con carnes diversas. Te sirven hasta que no puedes mas. Y hay que mantener el prestigio. Ahí estuvimos dando todo.
De entrantes comunitarios te ponen un par de ensaladitas con remolacha, unos plátanos fritos demasiado dulzones para ser entrante, un cuenco de arroz y otro de frijoles en salsa y unas patatas fritas. ¿Lo veis, no? Patata, plátano, arroz…vamos, que intentan ir llenándote el estómago rápidamente. Claro que se enfrentan a un profesional de la zampa, así que tranquilito con ellos. Ya habrá tiempo de ir comiéndoselos según transcurra el tema. Los entrantes discurrieron tranquilos mientras brindábamos con caipirinha y empezábamos a dar salida a la sangría brasileña que nos acompañaría el resto de la cena. Zumo de naranja, vino blanco, creo que Martini y frutas. Muy dulzón, muy peligroso.
Empezó el desfile. Relojes a cero y al ataque. Bifé de chorizo, un corte de pollo, un corte de ternera… eso en los primeros cinco minutos. Pero de pronto se hizo una pausa. ¿Platos vacíos en un rodizio? Mirada entre nosotros, miradas a los camareros. No pasaron ni cinco minutos de reloj pero se hicieron largos…:) Y claro, el anfitrión rápidamente dio caña. Vino el encargado y dijo que se habían despistado o yo que sé qué. Pero a partir de ese momento fue la guerra. La consigna a los camareros debió ser “Ni un plato sin carne encima. Que revienten!!!”. La nuestra “Que no sobre nada”. Y así estuvimos un buen rato.



Algunos se quedaron en el camino. Otros necesitaban fumarse un cigarrito para descansar. Yo ni fumo ni descanso. A saco. No os describiré las 17 espadas diferentes (para eso ver la Web del restaurante), aunque si decir que me gustaron especialmente la entraña, la panceta con miel y canela, la picanha y la maminha… De todas formas tengo que reconocer que apenas nos enteramos allí. Costaba entenderles cuando les preguntabas qué te estaban sirviendo. Como si hablasen para el cuello de su camisa, no habia manera la mitad de las veces de saber lo que comías. Pero siguieron infatigables sirviéndonos hasta que no quedó espartano en pie.
A pesar de ello pudimos con los postres, cargadísimos de azúcar para rematar la faena: mousses de limón, chocolate, fruta de la pasión…
Desde luego que cenamos abundantemente y alguno de los cortes estaba realmente bueno. Otros, como el lacón de pollo y algún otro que parecía fiambre cutrecillo, no tanto. Pero en general se disfruta la variedad.
Con los cafetitos salimos a unos 27 euros, que teniendo en cuenta las tres jarras de sangría, cafés, postres y la caipirinha de aperitivo, esta más que bien. La noche que pasé haciendo la digestión…eso es otra samba!!!

Las de Villadiego y la memoria del sabor.

Gracias a Eduardo, compañero del trabajo, he recibido un par de kilos de morcillas de Burgos, concretamente de Villadiego. Tienen lo bonito de lo artesano. Dos hermosos paquetes de cuatro y no hay una igual a la otra. Gracias a Dios lo artesano para ahí y vienen cómodamente envasadas al vacío, para no tener que pegarme un atracón antes de que se estropeen (cosa que en realidad no hubiera dudado en hacer…:)).



Contra lo que yo pensaba con son de sabor muy fuerte. Tienen una correcta proporción entre el arroz y la sangre, tienen mas bien poca sal, algo de pimentón entre las especias usadas, cosa que denota el color rojizo de la sartén tras freírlas y…tienen algo más.
¿No os ha pasado que probáis algo y de repente salta algo en tu cabeza? Algo que te dice : “Esto ya lo he probado…Me sabe a….mmmmm”. Y ahí te quedas. Es parecido a cuando se te ha olvidado una palabra, un nombre, lo que sea y lo tienes “en la punta de la lengua”. Y le das vueltas y nada. Y sabes que no sólo lo has probado antes, sino que además lo relacionas con algo determinado. ¿Aquel chiringuito en la playa? ¿Las comidas de la abuela? ¿Ese restaurante de donde saliste perjudicado de vino? Pues así he estado con la jodía morcilla. Se repitió más en mi cabeza que en el propio estómago. Y claro, después del primer trozo ya estaba yo con el gusanillo, dándole a la memoria. Y me cogía otro…lo masticaba, lo respiraba… y nada. Si me descuido me zampo una morcilla entera buscando el recuerdo, pero no hubo manera.



Y lo peor, a esto no me puede ayudar nadie, salvo el que tiene la receta de las morcillas, que será top secret. Ahí me quedaré, rumiando la morcilla la próxima vez que las haga. A ver si salta la chispa y os puedo decir a qué me recuerdan …antes de que me las ventile todas!!!!

martes, 20 de julio de 2010

La Misión, cuatro de cinco

Tórrida tarde de verano, buscábamos restaurante con terracita. Es un poco engañarse, ya que en Madrid, cuando el calor aprieta, las terrazas apenas alivian nada el sofocón. Donde esté el aire acondicionado, no hay color. Pero tienen su encanto y una vez caída la noche merecen la pena. Y buscando, buscando, dimos con “La Misión”, en la calle José Silva 22 (Madrid). Es del mismo grupo que “Sibara”, “El Olvido” o “El recuerdo” (ver Guía de Restaurantes LP para más datos). Ya hemos visitado pues cuatro de los cinco que componen este emporio restaurantil. El quinto, ahora me entero, va a estar complicado: tiene un nombre largo “Dolores…but you can call me Lolita”, y el paseo para visitarlo es mas largo aún: está en Miami!!!

Éste anda mucho mas cercano, perpendicular a Arturo Soria, ubicado en un pequeño chalecito. La terraza esta bajando unas escaleritas que en nada favorecen que corra airecito. Por ello tienen unos ventiladores cañeros dándole vueltas al ambiente. Luces indirectas y velas para una iluminación agradable, quizás un pelín escasa. Se puede reservar en dos turnos diferentes, pero no en la terraza. Ahí el primero que llega se la lleva. Hay unas 10 mesas, así que hay que espabilar. A eso de las 21:45 ya no quedaba ninguna.

El sistema del restaurante es el mismo del resto del grupo: un primero a elegir entre unos 15 diferentes y un segundo a elegir entre tres grupos, a diferentes precios, entre los 17,5 y los 23,5 euros. Con cada segundo, gratis un primero, es su publicidad. Así que precio contenido (aunque este es un pelín mas caro que “El Olvido” o “El Recuerdo”).

Siendo cuatro, pues cuatro primeros y otros tantos segundos. De inicio pedimos las croquetas de calamares en su tinta, curiosas como idea, razonables de sabor. Con unas formas algo irregulares.



Hubo un gazpacho con su guarnición, una ensalada César y una sartén de huevos rotos con ibérico. No estando mal, prefiero los huevos revueltos con picadillo de los otros restaurantes del grupo.



De segundos unos rollos de salmón fresco con verduras y gambas, con una salsa como de marisco muy ricos:



Un muy generoso arroz a banda con alioli:



Un bacalao dourado, con sus patatas paja y revuelto en huevo:



y unas mini hamburguesas de Kobe, el peor de los cuatro, sin ninguna historia:



A los postres, a 2,50 la unidad, pedimos un refrescante carpaccio de frutas con yogur, unos sorbetes al cava y un helado de yogur con Baileys y galleta, que fue el mío y me pareció muy correcto. Con una botellita de vino, un Viñas del Vero Merlot sobre los 13 euros, los refrescos, alguna cervecita y dos cafés, salimos a 32 euros por persona. Lo dicho, un pelín mas que en sus hermanos gemelos, pero bueno, bien por su terraza.

Ah, no me olvido de agradeceros a vosotros, lectores de este humilde blog, el que os vayáis poniendo como seguidores via Google Friends .Ya hemos pasado la treintena: ya podriamos llenar algún restaurante de los que he visitado...

jueves, 15 de julio de 2010

Después de la tormenta... otra tormenta.

No me he podido resistir a poner esta foto. Lo de “después de la tormenta llega la calma” es una verdad a medias. Al final, después de un tarde de cocinillas, siempre con prisas a ultima hora (da igual el tiempo que me tome: el toro me pilla), de probar puntos de sal, de ver si aquello o lo otro esta ya cocido o asado, viene la calma de sentarse a disfrutar de lo preparado. Pero a la vuelta de la esquina espera la segunda parte de la tempestad. Platos y cacharros que se acumulan en una cocina, la nuestra, sin lavavajillas. E intentas que las cosas estén más o menos recogidas, pero en el envite final, la cosa se desmadra y la cocina acaba cual campo de batalla. Como norma general dejamos la cocina limpia antes de irnos a dormir, cuando se van los invitados. Pero esta vez nos pudo el cansancio (señal de que la cena y posterior charleta fue buena) y amanecimos con esto…Buffff!!!! Ligera resaca, pocas horas de sueño y el Fairy esperando...



La pongo en blanco y negro, que parece que mola mas…:)

miércoles, 14 de julio de 2010

Endogamia gastronomica: Patatas Hasselback

Ya he oído más de una vez lo de la endogamia de blogs y foros de gastronomía. Supongo que es aplicable a los contenidos de cualquier temática. Alguien publica algo nuevo, los demás lo leen, lo prueban y publican su versión. Al final, de repente te das cuenta de que todo el mundo esta haciendo cupcakes, pan con masa madre, “semen de mono” o pollo a la coca cola (estos ya son antiguos, ya…) o cualquiera que sea la receta de moda esa semana.

Yo llevaba ya un par de semanas viendo versiones de las patatas Hasselback. Su nombre parece venir del restaurante sueco homónimo donde se sirvieron por primera vez. Supongo que la mía es una versión un poco libre, pero aseguro que quedaron deliciosas!!

Patatas Hasselback

Patatas de tamaño medio-grande
Bacon ahumado
Laurel
Pimienta
Mantequilla
Aceite

Se lavan bien las patatas, ya que se usan sin pelar. Se cortan en rodajitas, tan finas como paciencia tengas, pero sin llegar a cortarlas enteras. En la foto se ve lo que quiero decir. Al final te quedará como un ramillete de rodajas de patata unidas por abajo. Intercala con cuidado de no romper la patata unas hojitas de laurel y lonchas de bacon. Ponlas en una bandeja engrasada para horno, échales un chorritín de aceite por encima, una pizca de sal y pimienta y ponlas a hornear a 180 grados. Así pintan previas al horneado.




Yo las tuve como hora y media. Cuando falte media hora, abre el horno y pon encima de cada una de ellas una generosa cucharada de mantequilla (puedes poner un poquito mas ya justo cuando las sirvas, que se vea en la mesa como se derrite).Y ya está.



Las patatas quedan asadas por dentro, con el sabor del bacon y el aroma del laurel. Y la parte exterior ligeramente crujiente. Llevan un ratito de labor pero no son complicadas. A nosotros nos sirvieron de guarnición de unas tiras de carne adobadas toda la noche en aceite, pimentón, sal, ajos picados, orégano, tomillo, romero y pimienta... y porque no se me ocurrió qué más ponerle…:)



PD: para los que no lo hubieran oído nunca, el "semen de mono" es un sencillo aperitivo que estuvo de moda un tiempo, tan sencillo como mezclar una tarrina de queso para untar, tipo Philadelphia, con una o dos cucharadas de polvillos de esos para hacer sopa de cebolla, que se comía con unos nachos. El nombre hay que reconocer que ayudó mucho a su difusión...:)

Pon un pulpo Paul en tu vida.

Quien más, quien menos, agradece al cefalópodo más famoso de todos los tiempos la victoria de la selección española en el Mundial de Fútbol.Ni que el jodío hubiese metido los goles él!! Pero hay que reconocer la gracia que tuvo ver al bicho comiéndose ese mejillón español pronosticando toda una hazaña.
Y por si acaso, como talismán, así lo preparó mi suegro en la cenita que pusimos para ver el Partido, así, con mayúsculas. Cada palillo con la foto de un jugador, y en el lateral, el sobrinillo levantando premonitoriamente la copa. Viva España!!! Y viva el pulpo Paul…aunque a feira nos zampamos a su primo…:)

viernes, 9 de julio de 2010

Chups de longaniza, dulce y salado.

Aquí tenéis un aperitivo de lo más apañado, baratito y fácil de hacer. Su base, la longaniza de Pascua.

Según la Wikipedia:
La longaniza de Pascua es un embutido típico de la Comunidad Valenciana y de la vecina comarca aragonesa del Maestrazgo. Está elaborada a base de magro de cerdo teniendo una longitud de unos 30 centímetros con el grosor aproximado de un dedo consumiéndose seca.
Como su nombre indica si bien ahora es posible consumirla durante todo el año, era un alimento típico de la Pascua ya que después del periodo de cuaresma la iglesia permitía volver a consumir carne. En este periodo del tiempo es una costumbre típica valenciana salir a merendar al campo a empinar el cachirulo por lo que la longaniza de pascua al no necesitar ser cocinada era un alimento ideal. Junto a la longaniza de pascua el menú de la merienda era completado con una mona, una lechuga y un huevo duro que era costumbre cascar en la frente de algún conocido.


Para que os hagáis una idea, es mas tipo salchichón en su sabor que chorizo. Muy finita, se come con piel tranquilamente. Yo la compro en Mercadona, para más datos. Esta manera de comerla le da un puntito original a los aperitivos. Ni que decir tiene que cualquier embutido finito puede valer, o si es mas grueso, cortado en lonchas y en forma de piruleta.No hará falta que estampéis huevos en la frente de nadie...:)



Chups de longaniza:

Longaniza de Pascua
Palillos
Azúcar
Tomillo y romero secos
Pimienta molida.
Una cucharadita de zumo de limón o vinagre.
Un chorrito de agua

Se corta la longaniza en pequeños cilindros, de no mas de dos centímetros de largo. Se pinchan cada uno en un palillo, como si fuera un chupa-chups. En un cazo se pone azúcar. Procura que sea hondo y estrecho para usar la mínima cantidad de ese azúcar. Ponlo a fuego lento, añadiendo al gusto tomillo y romero secos, un par de vueltas de molinillo de pimienta, un poco de agua y una cucharadita de zumo de limón o de vinagre. Remueve con cuidadín, porque el azúcar coge temperaturas peligrosas y cuando veas que la mezcla se ha licuado bien y no quedan restos de azúcar sólido retira el cazo del fuego. Ves mojando uno a uno los chups en ese almíbar espeso. Estarán muy pegajosos, así que apáñatelas para que no se te peguen ni manchen con el almíbar que escurre. Supongo que ya que te pones harás unos 15 o 20. Cuando termines con toda la tanda, dales otro baño. Con un par de bañitos en el almíbar quedan perfectos.Déjalos secar de manera que no se te peguen. Acaban quedando con la capa azucarada ligeramente crujiente...Yum!!!! Yo los presento pinchados donde puedo, en esta ocasión en un rectángulo de poliespan, pero se presta a muchas decoraciones.



Puedes acompañarlo si quieres con un poco de mahonesa con washabi o con curry, aunque por sí solos son un vicio.

jueves, 8 de julio de 2010

¡¡Cuida la herramienta!!

Me temo que durante unos días mi actividad gourmet se va a reducir drásticamente. No tanto la producción, pues tengo unas cuantas cositas pendientes, pero si la ingestión. Y es que hay que cuidar la herramienta. Diez años largos hacía de mi última visita el dentista. Queridos niños, no lo hagáis. Lo de ir a que te echen un ojo cada año, aunque no te esté molestando nada, es vital. Y yo lo voy a aprender por la vía del dolor físico y monetario!!! Y es que cuando la cosa ya duele, mal vamos. Una primera visita, unas radiografías de los piños y casi más un veredicto que un diagnóstico: culpable.

La cosa es que el listado de cosas a hacerme es importante. Dos muelas del juicio van fuera, que son las que han dado el aviso. Eran las que dolían y han sido las primeras en caer. A ellas se le unirá después de vacaciones una tercera, que tiene más lío porque habrá que hacer un injerto de hueso. Una cuarta muela habrá de ser restaurada: funda, perno y la madre que lo parió. Y prácticamente en el resto empastes a discreción. Se nos va la extra!!! Sin duda, si me hubiera examinado cada año, con unos pequeños retoquitos me habría evitado esto. Pero lo de ir al dentista si no te molesta nada es algo que no se me pasaba por la cabeza. Ahora pasará a ser rutinario anualmente.



Antes del partidazo de España que nos ha metido en la final del Mundial, las dos del juicio fueron extraídas. Monté mi típico show del paciente que se marea cuando ve la inyección. Yo soy así!!! Fue ponerme la anestesia y tener que tumbarme patas arriba, como una cucaracha, pero sin patalear. Parecía un potro de tortura múltiple: yo mareado, en la tele el insoportable “Sálvame” y como colofón, Alejandro Sanz en el hilo musical. ¿Por qué no aprovechaban y me clavaban unas astillas de bambú entre las uñas, para suavizar la cosa? Sin embargo, una vez pasado ese mareo inicial, las dos muelas me las sacaron limpiamente. Cero dolor, cero molestias. Ahora hay ligeras punzadas de vez en cuando pero ni la décima parte del dolor que me producían las muelas enfermas. Qué alivio!!! Y ahí las tengo, en casa, metidas en una bolsita transparente. He estado a punto de poner su foto, pero iba a quedar un poco gore el tema, así que he optado por una imagen más amable.

La moraleja del cuento está clara: cuidad la herramienta. Que con la de cosas ricas para comer que hay, ha de estar siempre lista y preparada para hincarse allá donde haga falta. Una vez al año hace menos daño que una vez cada diez. Doy fe.

domingo, 4 de julio de 2010

Entrando en capilla.

Este fin de semana no ha sido especialmente gourmet.Si bien han caído unas clásicas bravas de bar de las idem y una croquetas de jamónespectaculares en casa de mis padres, por lo demás ha habido poco que rascar.Así que tiraré de archivo, de esos restaurantes que tengo escritos y que dejaron de publicarse al desaparecer temporalmente GDAPC pero que merece la pena conocer.

"La Capilla de La Bolsa" es de esos restaurantes en los que el lugar en si es parte tan importante como la comida.Está en Madrid, en una antigua capilla en la Calle de la Bolsa.El sitio es espectacular, con unas salas tremendas.Tienen web para verlas (de ahí he cogido la foto, pero merece una visita para ver las otras salas).Y la comida y los detalles no desmerecen.Pedimos de entrantes para compartir unos chipirones rellenos de morcilla, con guarnición de piquillos y jamón picado.Perfectos de punto, con una morcilla nada agresiva que permitía que se notara el sabor de los chipirones.También un milhojas de manzana y foie, con la manzana pasada por la plancha y rellena de foie fresco igualmente planchado.¿El detalle?Al decir que eran para compartir te traen la ración ya emplatada en dos platos en lugar de la típica cuchara y sírvete tú.



De segundos un riquísimo arroz meloso con boletus y perdiz para Laura y para mi un solomillo ibérico con confitura de naranja amarga y torta del Casar.Raciones generosas, bien presentadas y logradas de sabor (mi carne quizás un pelín hecha de mas...) De postre, también para compartir, leche frita con helado de jengibre en enrejado de chocolate, flambeado en el momento con anis.También nos pusieron la ración en dos platos.Con una cerveza, una cocacola, agua, vino (un Viñas del Vero Crianza) y un café, 55 euros por persona.Creo que bien pagados.Tenían música en directo, piano y violín o solos de piano.Fue el restaurante del último aniversario. :)

jueves, 1 de julio de 2010

Clafoutis de calabaza, pimiento, cherrys y queso

Un ( o una, no sé que sexo tiene esto) clafoutis es un postre de origen francés, en el que se hace una masa de huevos, nata, leche y azúcar y frutas troceadas, cerezas por lo visto en el original.Mezclas todo, echas las frutas troceadas y a cuajar al horno.La versión que yo hice es la salada.En lugar de fruta cruda, yo use calabaza, pimiento, tomates previamente asados.Como nota, decir que la calabaza asada es de por sí algo delicioso.Según sale del horno, con un poco de aceite, pimienta y sal es una delicia.Queda con un dulzor tremendo.Pero aquí va acompañada.



Clafoutis de calabaza, pimiento, cherrys y queso.

INGREDIENTES:

500 gr de tomates cherry
Media calabaza (400gr)
Dos pimientos rojos grandes.
300 gr de queso en taquitos (yo use cheddar y gouda mitad y mitad)
5 Huevos
150 ml de nata
300 ml de leche
pimienta
sal
aceite


En una buena bandeja profunda para horno (así luego la aprovechamos para cuajar el pastel), poner a asar, tras echarles un chorrito de aceite, algo de sal y pimienta, los pimientos, la calabaza y los tomates cherry (aprovechad el hueco de la calabaza para tenerlos todos juntos).Una vez asados, pelar los pimientos y sacadles las semillas.En caliente la piel sale mejor, pero cuidado con quemarse!!!.Pelar la calabaza y cortarla en daditos de mas o menos un centímetro de lado, gorditos.Trocead también el pimiento y repartidlo por la bandeja.Las verduras habrán soltado juguillo al asarse.No lo tiréis, que dará sabor al plato.Esparcir los trozos de queso en daditos entre las verduras.Batid los huevos, la nata y la leche, con un poco de sal y otro de pimienta.Verted esta mezcla sobre los vegetales y el queso.Poned los tomates cherry asados aquí y allí, decorando.Calentad el horno a 200 grados y meted la bandeja unos 35 minutos, hasta que cuaje y coja un poco de colorcito.Que no se os haga de mas, que quede jugosito.Truco del pinchito que sale limpio.Lástima que de esto no hiciera foto.Queda muy aparente para servir y te apaña rápido...si tienes las verduras ya asadas, claro.Yo lo hice el día anterior.