lunes, 21 de febrero de 2011

Restaurantes desconocidos y el atractivo de los descuentos.

No se vosotros, pero por nuestra parte cada vez más tiramos de ofertas y descuentos en restaurantes.Que para eso están...:) La cosa debe estar muy malita para que en tantos sitios te ofrezcan 20%, 30% o más de rebajas reservando por alguna de las webs que proliferan. La cosa va en ambos sentidos: ahora debe ir chungo el tema, pero por otro lado cómo iría antes de bien si pueden permitirse (entre comillas, claro) rebajar en algunos casos tu cena a la mitad de precio. Sea como sea, lo que si que es cierto es que apareciendo como grandes ofertas en estas páginas obtienen una publicidad importante. Y es que alguno de esos restaurantes a mi personalmente ni me sonaba y sin embargo, de repente acabo en uno de ellos.
Este ha sido el caso de Traveler Experience, en la calle Alfredo Marquerie, 14 (Madrid). Personalmente no paso por allí de ninguna manera, así que nunca lo hubiera conocido sin el bono de -40% de una de esas páginas. El sitio, aunque escondidillo, está en realidad a 5 minutos andando de La Vaguada. Fuimos un viernes. Vacío a las 21:00. El sitio es grande, con un ambiente tipo cafetería en la planta baja y otro más de restaurante arriba, con una zona acristalada bastante cuca. Un diez en simpatía por parte del equipo del restaurante. Veamos qué tal el resto. La oferta exigía dos platos por persona, así que pedimos tal cosa. Te ponen una selección de panecillos para comer, uno con tomate, otro tipo focaccia, uno negro de centeno, otro tipo mollete…como vayas con hambre cae el pan antes de empezar el resto, estaban ricos.



Para compartir a modo de entrantes una quesadilla con pipirrana, básicamente dos tortillas de trigo rellenas de queso, a la plancha y con pimientos varios y cebollita cortados pequeños por encima. Muy normalito pero hizo bien su función.



La musaka griega nos gustó mucho. Gran ración, crujiente por arriba y con las verduras muy sabrosas.



De segundos para mi una hamburguesa de magret de pato con foie. De extras queso y cebolla crujiente. Muy bien de punto, de tamaño medio. Con el pan algo tostado y aún caliente, cosa de agradecer.



Para Laura un muslo de pintada con pastel de patata, bacon y cebolla. A mi no me convenció mucho el sabor de la carne, se me hacia raro, pero a Laura le gustó. El pastel de patata que lo acompañaba estaba muy rico ciertamente.



La cena fue abundante, regada con sus pertinentes cervezas/refrescos. No hubo sitio para postre. Con la oferta (que no incluía las bebidas), nos fuimos a unos 18 euros por persona. Es un sitio curioso, no cenamos mal y es buena opción estando cerca de la Vaguada. Y ya os digo que no lo hubiera conocido sin esos descuentos…Cosas de la publicidad…:)

lunes, 14 de febrero de 2011

Tarde galletera

¡Qué propicias son las tardes de invierno para hacer una sesión galletera! Si mirais el historial, veréis que la repostería y yo no acabamos de llevarnos bien. Pero apetecía pasar el rato haciendo unas galletillas y tenía alguna receta por ahí que tenía pendiente. Por cierto, desmiento totalmente la leyenda urbana de que te duele luego la tripa si comes galletas calientes. Con la coña de probar a ver si están hechas o no, cayeron unas cuantas como mínimo templadas…je, je… y como nuevo, oye.

Las hicimos de dos tipos, unas las típicas galletas de mantequilla, aunque algo tuneadas.Y otras, unas de maicena y leche condensada que había visto en Kanela y Limón.

Galletas de mantequilla y cacao
175 g. de mantequilla ablandada
300g. de azúcar
1 huevo + 1 yema
Ralladura de limón
Un pelín de sal
350g. de harina

Se bate la mantequilla con el azúcar y cuando este espumoso, se añade el resto de ingredientes. Cuando la cosa sea inmanejable con la cuchara, amasa un poco a mano. Divide la masa en dos y una de las partes amásala un rato mas con tres cucharadas de cacao. Tapa las dos bolas de masa con papel film y deja reposar en la nevera media hora. Tras eso, sácalas de la nevera y extiende cada una de ellas en forma de rectángulo fino. Pon nua encima de la otra y forma un rodillo bicolor, como un brazo de gitano. Déjalo en el congelador un ratito para que se endurezca (de hecho si te sobra puedes dejarlo en el congelador para otra vez) y sea más facil de cortar, aunque puedes hacerlo ya mismo, en rodajitas. Se hacen rapido, unos 8 minutos en el horno precalentado a 180 grados. Al salir han de estar algo tostaditas por los bordes pero las notarás algo blandas. Al enfriarse se endurecen.



Y las otras:
Galletas de maicena y leche condensada
1 yema de huevo
125g de mantequilla ablandada
200g de leche condensada
350g de maizena
30 gramos de azúcar

Esta receta es más rápida. Batir bien mantequilla y leche condensada y luego añadir el resto de ingredientes hasta formar una masa. Hacer bolitas con la misma y aplastarlas ligeramente. Si quieres, puedes presionar en el centro para hacer un hueco donde echar mermelada. Y lo mismo: bandeja al horno durante 8-10 minutos. Tendrian que salir muy blanquitas, pero como no tenía báscula creo que me pasé con el azúcar y, aparte de quedar muy dulces, el azúcar extra hizo que se me tostaran un poco, pero vamos, que estaban tan ricas o más que sin tostar.

Así que ya tenéis deberes para esta semana que parece que viene fresquita. El horno hace muy bien de calefacción y el olorcito a galletas recién hechas es de los mejores ambientadores que puedo imaginar…:)

viernes, 11 de febrero de 2011

Lasaña de larga duración.

Llega un momento de algunas recetas en el que te planteas si merece la pena la relación tiempo-satisfacción. Reconozco que esta lasaña esta rica, muy rica para mi gusto, pero tanto como para estar pendiente de ella más de dos horas? Que hay que reconocer que algunas cosas precocinadas son dignas sustitutas de la comida casera. Aún así, me apetecía hacer una lasaña, nunca la habia hecho y este es el resultado...Veamos si vale nuestro tiempo...
Vaya por delante que ya que me pongo, me pongo...de aquí han salido 5 raciones de lasaña para dos personas...tela!!!

LASAÑA DE CARNE

Un kilo de carne de ternera.
Un bote de kilo de tomate triturado.
Una buena cebolla
5 zanahorias grandes.
Sal, pimienta y nuez moscada.
200 cc de vino tinto.
200 cc de leche
Unas plazas de lasaña, yo use de las precocidas.
Bechamel a tu manera.
Queso para gratinar (yo usé emmental)

Lo primero de lo primero es abrirte una buena botella de vino, servirte una copita y empezar con alegría la faena.Para este plato y su posterior degustación usé un Casillero de Diablo, tinto chileno de uva carmenere de lo más rico. Además, la idea era hacer la lasaña para dejarla preparada para hoy viernes, con lo que también el vino debería durar. Para eso estrené un Vacuvin que me había regalado a mi mismo con la idea de poder abrirme una botella de vino y no tener que terminarmela de una sentada con la excusa de que Laura no bebe...:) Funciona muy bien, hace el vacío en la botella e impide que el vino se oxide. Pero sigamos con la receta.



Corta en pequeños cuadritos tanto la cebolla como la zanahoria y ponlas a pochar lentamente con un par de cucharadas de aceite. Cuando la cebolla empiece a dorarse, añade la carne picada. Sal pimenta y ponle nuez moscada.Remueve mucho, suéltala, que no se apelmace. Cuando empiece a dorarse la carne, añade el vino (y echa otro traguito tú :))Deja que la carne absorba el vino y que se evapore el alcohol. Añade entonces la leche y el tomate. Y a fuego lento, tómate tiempo.Unas dos horas más o menos (más bien más). Hasta que se evaporen los líquidos del tomate, leche y vino. Al final queda una deliciosa salsa espesa, con la carne cargada de sabor. Vete corrigiendo de sal y pimienta al gusto.



El resto es rapidillo en comparación. Reblandece las láminas de lasaña según las instrucciones. Mientras, pon en marcha la bechamel. La mía con harina, mantequilla, leche, algo de nata, sal y nuez moscada. Que quede espesita. Y a montar la lasaña: lámina de pasta, capa de carne, capita de bechamel, lámina de pasta, capa de carne, capita de bechamel, lámina de pasta y capa de bechamel.



Y ahí está. Rica rica, horas después de haberse empezado a hacer. Merece la pena? Mmmmmm...diría que si...:)

lunes, 7 de febrero de 2011

Un clásico, Las Bravas.

Hay una serie de sitios en Madrid que hay que conocer, ya seas de aquí, de más allá o de donde sea. Éste es uno de ellos. “Las Bravas”, con ya varios bares abiertos en la zona centro, es bar de los de toda la vida. Tan de toda la vida que sus inicios se remontan a 1933, aunque según comentan en su web, fue en los cincuenta cuando empezaron a hacer popular sus salsa picante, patentada según reza algún cartel de la sala.



Así que aprovechando mi enésima visita a este sitio, pongo fotillos de las clásicas bravas y de la oreja, otro de los platos emblemáticos del lugar. La salsa es potente, pero no llega a ser demasiado agresiva. Hay que probarla para comentarla. Las patatas siempre me he preguntado como las hacen, ya que por dentro dan la sensación de cocción, mientras por fuera están crujientes. Una delicia. La oreja, en grandes trozos y con una textura gelatinosa característica de este sitio.Las raciones rondan los 4 euros, céntimos arriba o abajo.



Eso si, también os digo que, aunque parezca que hago barrio, prefiero las bravas y la oreja de “Docamar”. Igual porque son las que más he comido y supongo que a cada cual le gustan las bravas de su “bar de referencia”. Si bien las patatas en sí son muy similares, la salsa difiere algo. Y la oreja, aquí con limón, esta troceada más pequeña y queda con zonas churruscadillas que echo de menos en “Las Bravas”. Pero os invito a que comparéis unas con otras y me digáis qué preferís. Igual tenéis algún otro sitio en el que pongan patatas bravas que interese visitar. No dudéis en comentármelo, que para allá iré.